DECLARACIÓN DEL MOVIMIENTO TORRE Y ASAMBLEAS DEL PUEBLO
SOBRE EL DIA INTERNACIONAL DEL PRESO POLÍTICO:
TODO PRESO ES POLÍTICO Y TODO PRESO
ES NUESTRO PRESO!
Nuestras organizaciones, si bien participaron de las reuniones preparatorias del acto del Día Internacional del Preso Político, han tomado la resolución de concurrir pero no ser convocantes del mismo. Esta decisión es producto de las diferencias que surgieron en esas reuniones acerca del carácter de la convocatoria y del desarrollo mismo del acto.
Si bien, en líneas generales, acordamos con el documento no podemos menos que señalar nuestra disconformidad acerca de sus omisiones. Rescatamos que en el mismo se condene no solo la existencia de presos políticos sino otras formas de actos represivos del gobierno y el estado contra los oprimidos, tales como los desaparecidos en democracia, los casos de gatillo fácil y la violencia institucional. Pero, creemos que la categorización del preso como “político” utilizada por los convocantes es limitada y excluyente. Nosotros consideramos “preso político” a toda aquella víctima del aparato estatal que, mediante la articulación de sus instituciones represivas, procede a la detención y apresamiento de cualquier compañero por causa de su enfrentamiento, consciente o no, con el poder de las clases dominantes, sin distinguir en las formas y métodos en los que expresó dicho enfrentamiento. Bajo estos principios es como asumimos que “todo preso es político” y que “todo preso político es un rehén de nuestra clase y no de una organización en particular”, y rechazamos el vicio sectario de pelear por la libertad de “nuestros” presos, de apropiarnos de los mismos y sin poner el mismo esfuerzo por la libertad de cualquier preso político. En esta convicción entendemos que es un preso político el dirigente o militante de una organización combativa pero que también lo es el compañero de base perseguido, a veces por su identificación política pero fundamentalmente por su condición social. Es el acto represivo del estado lo que, fundamentalmente, convierte a éste último, también, en un preso político. Por eso, luchar eficazmente por la libertad de un compañero implica no hacer distinción ni apropiaciones o distingos sobre su ideología, método y organización, sino, simplemente determinar que es un hermano de clase víctima de la represión del estado capitalista.
A nadie se le ocurriría hacer distinciones entre los compañeros desaparecidos acerca de si pertenecían o no a organizaciones, si tenían o no actuación política consciente o si fueron eliminados por la simple y trágica coincidencia de ser parientes de “alguien” o por “estar en una agenda”, o por ser testigos involuntarios e indeseables de algún operativo. Todos ellos, todos, sin excepción, son compañeros desaparecidos y víctimas de un plan sistemático de exterminio.
En base a ésta concepción propusimos, en las reuniones preparatorias, que no hubiese oradores “en nombre” de los compañeros presos, sino que se leyeran sus mensajes o el de sus familiares. Y, también propusimos que en la exigua lista que figura en el documento convocante, se agregaran casos emblemáticos de éste tipo de violencia social señalada más arriba, tales como la desaparición de Luciano Arruga, la condena a los hermanos Aguilera o la permanencia en prisión de Romina Tejerina. Se trata de compañeros sin militancia ni pertenencia a organizaciones políticas pero reprimidos por el accionar sistemático de las instituciones capitalistas sobre los oprimidos y son sólo una pequeña muestra de los muchos que ocurren cotidianamente en las barriadas
En las reuniones realizadas, ninguno de los presentes parecía conocer específicamente el caso de los hermanos Aguilera, condenados a prisión perpetua, pero sí identificaban en él los casos de muchos otros compañeros de sus barriadas. Pero, lamentablemente, la discusión no fue sobre si su caso era suficientemente representativo sino que se descalificó su mención por no considerar, los convocantes al acto, que ésta fuera la ocasión ni el espacio para reivindicar a los presos políticos barriales, o a lo que podríamos llamar los “presos en harapos”. Ninguno de los convocantes lo dijo con claridad, pero es obvio que le adjudican a éstos presos una importancia subalterna ante los presos que pertenecen a una organización. De estas argumentaciones se desprende que hay presos políticos de primera y de segunda (como si de los 30.000 desaparecidos habría que separar a los “perejiles” que cayeron de casualidad), que los actos por la libertad de los presos deben tener repercusión mediática con la exclusividad de las figuras y organizaciones conocidas. Para los presos humildes, desconocidos, anónimos, para los que no tienen quien los defienda del atropello policial y judicial no hay espacio en éstos actos. Incluso se llegó al absurdo de afirmar que un caso emblemático de la violencia contra la mujer como es el de Romina Tejerina “si bien es político no corresponde a este espacio de presos políticos”, porque quizás esta reservado a los “encuentro de la mujer” o algún otro espacio “donde las chicas discuten”. Y su nombre fue excluido de la convocatoria!!
Conceder en la división, en la fragmentación del reclamo, en la apropiación del mismo es conceder a la ideología de dominación del sistema de poder, donde la cultura tiene su espacio, la política tiene su espacio, la rebelión tiene su espacio controlado y las clases sociales tienen sus espacios estancos. Es tarea primordial de todo revolucionario romper con las categorizaciones fatalistas y en especial reivindicar a todo compañero que, aún desde la humildad y la ignorancia conque el sistema dominante lo supo oprimir, supo enfrentarse a su modo con las instituciones del poder que en represalia lo arrojaron a sus cárceles. Esto es establecer un verdadero espacio unitario, desde el conjunto de la clase, para luchar contra toda la represión. Los revolucionarios no podemos emparejar nuestro discurso con el tono que asume el gobierno de Kirchner, vanagloriándose de garantizar una democracia plena, con algunas manchitas que tapa púdicamente (¡el acto solo identifica a cuatro presos!), mientras la verdadera represión se va dando cotidianamente sobre miles de compañeros, anónimos políticamente, que son victimas de la represión institucional de este gobierno y los gobiernos capitalistas. ¿Señalar que se ataca a cuatro militantes opositores basta para cuestionar si un gobierno es menos o más democrático, mientras por debajo la represión a los oprimidos continúa su curso?
Por todo esto creemos que el Acto del Día Internacional del Preso Político estará incompleto, sin representación de las miles de victimas barriales del atropello estatal por un consolidado concepto de estratificación y apropiación de la lucha que lleva la desarticulación de la solidaridad efectiva de clase. Creemos que nos debemos una profunda reflexión entre las organizaciones populares, hacia donde van nuestros esfuerzos, si valen las causas que tan efusivamente ponderamos de revolucionarias en la oratoria mientras que en nombre de ellas menospreciamos y maltratamos a los compañeros, a los supuestos depositarios de los frutos de nuestro esfuerzo. ¿Qué clase de revolución nos proponemos hacer desde los modos organizativos de las embrionarias células de poder popular, un poder opresor y aparatista que sólo suplante al existente o un poder sin opresores ni oprimidos que destruya el anterior? Aún desde la pequeñez de representatividad actual de nuestras organizaciones debe estar definida la voluntad de hacer la revolución socialista, libertaria, democrática o reeditar sus burdas y trágicas caricaturas. Y ésta discusión planteada puede tener la virtud de abrir esas reflexiones.
MOVIMIENTO TORRE- MOVIMIENTO ASAMBLEAS DEL PUEBLO
Buenos Aires, 14 de Abril de 2011